La pandemia del Coronavirus aceleró los procesos en los mercados laborales de todo el mundo. Diversas áreas de trabajo se vieron en la necesidad de cambiar las formas de gestionar y comunicar un departamento. La empatía juega un rol importante para el éxito de los objetivos que implementan las organizaciones.
por Fernando Rodríguez Cabanelas, Director de RRHH de Operaciones en Xtendo Group
La consultora McKinsey desveló un informe donde analizaron la fuerza laboral (más de dos mil actividades en 800 profesiones) de países como China, Francia, Alemania, India, Japón, México, España, el Reino Unido y Estados Unidos. Para esto, se basaron en el modelo Occupational Information Network del MGI (McKinsey Global Institute, por sus siglas en inglés) y así tener una mirada precisa a la actividad laboral después de la pandemia.
El estudio, denominado El Futuro del Trabajo, mostró que el home office plantea una serie de desafíos tanto para las empresas como para los empleados. Evaluar los procesos para los equipos y las mejores herramientas para llevar a cabo las tareas diarias, son parte de los balances que se deben tener en cuenta para hacer el trabajo de forma productiva.
Método de trabajo exitoso
Es importante identificar cuáles son aquellas tareas que se pueden concretar a distancia y cuáles no. La gestión del teletrabajo no es simplemente mandar a los empleados a casa con un ordenador a que hagan lo mismo que podrían hacer en la oficina.
Es necesario encontrar la funcionalidad para que, con esta modalidad, las acciones cotidianas de cada talento no pierdan productividad. Para ello, y una vez identificado qué tareas pueden gestionar desde sus hogares, llega el momento de redefinirlas. En el proceso de análisis surgirá la posibilidad de suprimir algunas que pueden realizar agentes externos. El objetivo es gerenciar con el mismo ímpetu, pero de otra manera.
Cuando las estructuras están armadas se pueden lograr climas de trabajo efectivos. Para ello, es importante tener en cuenta la madurez de todos los interlocutores, de manera de que asuman los compromisos con mayor responsabilidad e independencia.
El trabajo remoto después de la COVID-19 seguirá instalado para muchas organizaciones. McKinsey lo asegura en el informe mencionado, al mismo tiempo que empresas como Xtendo Group lo demuestran aplicando esta modalidad y obteniendo resultados efectivos desde el 2008, doce años antes que ocurriera la pandemia. En definitiva, es una señal de que la economía 100% digital está ganando cada vez más terreno y adueñándose de los patrones de trabajo de las empresas.
La mezcla de actividades será el nuevo orden de las organizaciones. De acuerdo con McKinsey, tras evaluar la capacidad de los trabajadores para realizar una tarea física, se percibió que algunas actividades físicas, manuales o que necesitan maquinaria fija no pueden realizarse a distancia.
Los trabajos de proximidad presencial y con alta concentración son los más afectados por la pandemia. Las labores que requieren un desempeño físico, de poca automatización y las que se realizan al aire libre, como los agropecuarios, no tendrán problema después de la pandemia. Por eso, es importante conocer la estructura de la empresa para poder definir nuevas formas.
Inteligencia Artificial (IA) y automatización
Las labores con alta proximidad física han impulsado con mayor velocidad el desarrollo de la IA y la automatización. Según la encuesta que impulsó McKinsey, de los 800 altos ejecutivos consultados el pasado mes de julio de 2020, dos tercios dijeron que estaban aumentando la inversión en estas temáticas. Muchas empresas recurren a estas áreas para hacer frente a la alta demanda de los medios digitales en la actualidad.
El estudio también mostró que los trabajos en los sectores de almacenamiento, transporte y logística pueden aumentar debido al crecimiento del comercio electrónico.
Los ejecutivos entrevistados para la elaboración del análisis de McKinsey declararon que gran parte de las inversiones futuras estarán enfocadas en la incorporación de la IA y la automatización en los procesos de trabajo, sobre todo en las tareas de mayor demanda física. Se plantea una combinación de boots con labores remotas para las áreas Customer Service (CX) y así evaluar la satisfacción general de un cliente y determinar la eficiencia de los procesos.
Si bien estos cambios son irreversibles y en franco crecimiento, es necesario invertir en la profesionalización de los talentos. El enfoque positivo que tiene McKinsey detalla la tarea de los gobiernos y las empresas porque si estos facilitan a la fuerza laboral la posibilidad de aprender estas nuevas habilidades, tendrán trabajos de mejor categoría y mejor pagados en los próximos años.
Las empresas deben apostar para que su fuerza laboral no desmaye en los grandes desafíos que se avecinan y así estar a la par de las nuevas conductas de desempeño empresarial. Esto implica, tener una mirada hacia el futuro para el desarrollo de nuevas habilidades tecnológicas.
¿Cómo lograr una fuerza laboral productiva?
Para lograr este objetivo, los líderes tienen que ser, necesariamente, más empáticos y, por tanto, estar vinculados con el aspecto emocional con su equipo. Es un componente vital en tiempos de pandemia, donde es imprescindible considerar todas las acciones que primen los valores humanos de la empresa, para que los talentos de cada equipo sientan que están conectados y acompañados en la cotidianidad laboral, entendiendo la realidad de sus hogares.
Para llevar adelante este tipo de equipos hay que reforzar todas las aptitudes de liderazgo posibles donde la empatía y la motivación son importantes para alcanzar todas las metas trazadas. A mayor distancia y menos proximidad física, se necesitará mayor conversación.
El componente emocional será, entonces, determinante para lograr objetivos concretos dentro de una organización tras el episodio de la COVID-19 que se vive en todo el mundo, y hacer hincapié en las habilidades blandas es importante para la gestión de los líderes de equipos. Para desarrollar una cadena fortalecida será esencial que el trabajo sea tomado con mayor autocontrol, compromiso y responsabilidad.
Las empresas están solicitando trabajadores con competencias que se adapten a los nuevos paradigmas. No basta con la conectividad y un espacio virtual compartido, sino que también se destacan los valores impresos por el líder en el equipo para la realización de una gestión exitosa.